Como todo el mundo sabe, se está debatiendo el proyecto sobre la reforma a la Ley de Radiodifusión o, como la llaman algunos sectores de la oposición: Ley K.
Sinceramente es difícil ponerse a leer el proyecto que, convengamos, fue reformulado, así que dudo que las reformas figuren, pero es más que interesante ponerse a veer quiénes son los sectores que se oponen.
El grupo Clarín, a cuya propiedad responden los medios como TN o el mismo diario no hacen otra cosa que despotricar a troche y a moche, en defensa de la "libertad" de expresión. No digo que no haya que leer el proyecto y, a partir de allí, proponer los cambios, pero me parece mucho más interesante salir de esa trampa que es elegir por un si o un no al proyecto oficialista. Más interesante es, en primer lugar, preguntarnos si queremos que la actual ley, que viene desde la época de la dictadura, siga vigente. A partir de allí, el horizonte se despejaría un poco más. Algunos sectores, como ADEPA, en defensa de una supuesta libertad de expresión, atacan a todos los gobiernos que buscan desarticular el poder de los monopolios (algo difícil en un sistema capitalista). Resulta curioso ver que siempre que se ataca a determinados grupos, ADEPA sale a dar su opinión. Me resulta llamativo que, durante el menemismo, no haya dado una opinión al respecto. Clarín, junto a La nación, todos los sabemos (aquel que no lo sepa o no lo quiera recordar) siempre apoyaron a los distintos gobiernos de turno, a Videla, Menem, de la rúa, etc. Cuando ninguno de ellos les sirvió a sus intereses, comenzaron a ejercer su clásica política desestabilizadora.
También resulta llamativo que algunos sectores autodenominados progresistas o de izquierda disparen con sus municiones contra el proyecto y queden entrampados en la discusión que, reitero, está mal planteada. Pero, supongamos el caso de que tenga que emitir una opinión, primero me fijo en quienes están en contra: Menem, Vila, de Narváez, Felipe Solá. Es entonces que decido que en esa vereda no quiero estar.
Con esto no quiero decir que los K sean unos santos, ya que ellos vivieron - y muy bien- gracias al menemismo. Sin embargo, en este caso, me parece que está bien tirar abajo la ley de Videla. Me parece un despropósito lo que dijo Daniel Vila, quien comparó al gobierno con la dictadura militar.
Disculpen mi posición, pero me parece que, en esta, apoyo al gobierno.
PD: Es un milagro aparte el que haya escrito algo en mi blog, luego de tanto tiempo!!!!